Artículo de opinión del Presidente de AVAESEN, Marcos J. Lacruz, publicado por Levante-EMV en su edición de ayer, domingo, 13 de Septiembre de 2015, dentro del reportaje «La segunda oportunidad de la energía».
15 años
Bonita edad. Puede ser la pegadiza canción de un famoso Dúo, puede ser la celebración de la adolescencia en muchos países latinos, o puede ser, en el caso de nuestra Comunitat, el tiempo transcurrido desde que se planeó el Plan Eólico Valenciano hasta el momento actual. Y quizá sea un buen momento para ver cómo nos ha crecido la criatura.
En el año 2000 la energía eólica estaba en plena efervescencia en España. La apuesta estatal por este tipo de energía era clara y los promotores eólicos competían por los mejores emplazamientos para desarrollar los parques más interesantes en el menor tiempo posible, lo que generaba en muchos casos confusión administrativa a la hora de determinar qué proyecto debía prevalecer, que no siempre era el que mayor valor económico o social aportaba al entorno en el que se desarrollaban.
Algunas Comunidades Autónomas optaron por articular Planes Eólicos con el objetivo de ordenar todas las solicitudes recibidas bajo un único concurso y así autorizar aquellos parques que conllevasen una mayor repercusión económica y social, valorando también el menor impacto ambiental en el entorno. Estos planes, además, premiaban los desarrollos industriales paralelos y los puestos de trabajo generados. La Comunitat Valenciana optó por ésta fórmula, y así nació el Plan Eólico Valenciano.
Y la verdad, nos ha salido un poco escuchimizado. A estas alturas, sólo se ha desarrollado un 50% aproximadamente de lo que se esperaba, y eso es un percentil muy bajo. Este escaso nivel de desarrollo, en comparación con otras comunidades que optaron por otros sistemas de adjudicación (y sé que no es bonito comparar entre familia, pero hay que hacerlo a veces) tiene una consecuencia directa muy negativa sobre el desarrollo en el tejido industrial de nuestra Comunidad, y esto es serio, sobretodo en estos momentos tan delicados para nuestras empresas.
En nuestra Comunidad contamos con ingenierías, instaladores, empresas de obra civil, fabricantes de bienes de equipo y de componentes mecánicos, talleres especializados, mano de obra cualificada, Institutos Tecnológicos y talento de sobra para emprender desde los más modestos a los más ambiciosos desafíos energéticos. Llevamos años haciéndolo fuera de nuestras fronteras, desarrollando nuestra actividad en lugares remotos mientras nuestra casa está parada. Además, el panorama energético nacional prevé que son necesarios 5.000MW adicionales en España para cumplir con el Horizonte2020, y estoy convencido de que hay promotores y comunidades autónomas encantados de desarrollar estos proyectos si se dan las condiciones adecuadas.
Habrán diferentes versiones que expliquen, o intenten explicar, el grado de desarrollo tan bajo de un plan estratégico tan importante como el Plan Eólico Valenciano y, sinceramente, AVAESEN no está para discutir esto. Lo que no tiene explicación es que quince años después, el desarrollo eólico en nuestra comunidad siga cautivo de un Plan Eólico que no ha funcionado y que está impidiendo el florecimiento de nuevos desarrollos en nuestra tierra para, simplemente, ponernos al nivel que se estableció como razonable hace ya quince años. Lo de avanzar podemos dejarlo para otro capítulo.
Marcos J. Lacruz
AVAESEN
Presidente.